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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 196

Capítulo 196

Escuchando las risas de dos empleadas, Nahia se giró y miró hacia Grupo Díaz.

Ella había estudiado actuación, por lo que sabía perfectamente que Espectáculo Max, bajo el control de Grupo Díaz, dominaba la mitad del mundo del entretenimiento. Tenían los mejores recursos y contactos, cosas que algunas personas pasarían toda su vida sin poder alcanzar.

Todo esto pertenecía a Alberto, este hombre.

Los ojos de Nahia brillaron lentamente

Alberto regresó a la oficina del presidente y arrojó con fuerza los documentos que tenía en las manos sobre su escritorio.

Sacó su celular y abrió WhatsApp, pero Raquel no le había respondido.

En ese momento, el secretario Francisco entró y, en voz baja, le informó: -Presidente, la

señora no está en la escuela. Fue allí a cuidar a Ramón.

En los últimos días, siempre le reportaban a Alberto los movimientos de Raquel. Esa mañana, ella había ido al hospital para acompañar a Ramón.

Alberto frunció el ceño con severidad.

Justo en ese momento, el sonido de un celularcomenzó a sonar con una melodía suave. Era una

llamada.

Del otro lado estaba María: -Hola, presidente Alberto, algo malo ha pasado. Ven rápido a la casa de la familia Pérez. Anita de repente está teniendo problemas con su corazón.

El ceño de Alberto se frunció de inmediato. Después de la separación, no había vuelto a darle importancia a Ana, quien se había comportado con más calma.

Ahora Ana, de repente, tenía problemas de corazón.

Alberto movió sus labios finos y dijo: -Voy para allá ahora mismo.

En la habitación VIP del hospital.

Ramón estaba sentado en la cama con su bata de paciente, mordiendo una manzana que Raquel le había pelado.

Raquel estaba leyendo los informes médicos. -Ramón, ya estás casi recuperado. Mañana podrás irte a casa.

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Ramón sonrió. —Si me cuidas todos los días, claro que me recupero rápido.

Raquel lo miró. -Te heriste por mi culpa, Ramón, te estoy muy agradecida.

Ramón extendió su mano y sujetó la delicada muñeca de Raquel, tirándola suavemente para que se sentara junto a él en la cama. –Raquelita, además de agradecimientos, podríamos hablar de otras cosas. Por ejemplo, ¿cuándo pasamos de una relación de mentira a una verdadera?

Raquel se detuvo un momento. -Te lastimaste por salvarme, Ramón. Si realmente quieres estar conmigo, entonces yo

-¡Basta, basta! -Ramón la interrumpió rápidamente, con una sonrisa resignada-. Olvida lo que acabo de decir.

Él quería estar con Raquel, pero no necesitaba que ella le pagara con una relación.

Eso de pagar favores, mejor que no.

Raquel sonrió levemente, guardando el informe médico en el cajón.

-Raquelita, ¿todavía sigues enamorada de Alberto? -preguntó de repente Ramón.

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