Capítulo 246
Raquel frunció el ceño; tampoco comprendía qué estaba haciendo Alberto, ese loco. La había traído a la Villa Cielo Claro para disculparse, y lo había hecho dos veces.
Estaba actuando de manera completamente extraña.
Sin embargo, al pensar en el embarazo de Nahia, Raquel no quiso gastar más tiempo con Alberto. -Camila, Laura, vámonos.
-Está bien.
Las tres se fueron, mientras Alberto permanecía sentado en el sofá, frunciendo el ceño y ocultando con un gesto de su rostro la lujuria reprimida en sus ojos.
En ese momento, el secretario Francisco entró. Se acercó y susurró: -Presidente, ya tenemos información.
Alberto levantó la mirada. – Habla.
-Resulta que Nahia tiene un novio en el campo, un chico que la quiere mucho. Él trabaja en la construcción, haciendo los trabajos más sucios y agotadores, y gana dinero para que Nahia pueda estudiar. Ellos ya tienen una relación, y el bebé que lleva Nahia en el vientre es de él.
Alberto dejó escapar una risa fría, torciendo levemente la comisura de sus labios. -¿Mañana no es el cumpleaños de Nahia? Prepárale un gran regalo de cumpleaños.
El secretario Francisco comprendió al instante. -Sí, presidente.
Entonces, Alberto levantó la mirada y observó al secretario Francisco. -Esa noche no era Nahia. Fue Raquel quien vino del hospital a buscarme. ¿Y tú no sabías nada de esto? No quiero que algo así vuelva a suceder.
El secretario Francisco se sonrojó de vergüenza. – Presidente, fue mi error. No pensé que la señora vendría a buscar al presidente. Parece que ella todavía lo quiere.
¿Todavía lo quería?
Esa noche, él había tomado el auto después de usar la fragancia afrodisíaca y había ido al hospital a buscarla. Creyó que ella no lo aceptaría.
Pero ella vino.
Estaba dispuesta.
Al día siguiente.
212
Raquel, Camila y Laura llegaron al Hotel La Luna Dorada, y allí se enteraron de que el cumpleaños de Nahia se celebraba en el mismo hotel.
La fiesta estaba siendo un gran evento; muchos fanáticos y periodistas de los medios habían llegado.
Raquel vio a la protagonista del día: Nahia.
Hoy, Nahia llevaba un vestido rosa de alta costura, con un peinado de princesa, y su rostro joven y hermoso brillaba con luz propia.
Estaba tomando fotos con los fanáticos, quienes la elogiaban una y otra vez. —¡Nuestra Nahia, la pequeña doncella, realmente es hermosa!
-¡No es de extrañar que sea mi ídolo, está espectacular!
-Nahia, la pequeña doncella, ¿puedes firmarme un autógrafo?
La agente Mariana se acercó. —Nahia, podemos comenzar con el cumpleaños.
Nahia sonrió. -Mariana, espera un poco más. Aún falta un invitado misterioso muy importante.
Los fanáticos y los periodistas se mostraron curiosos. -Estrella Nahia, ¿quién es ese invitado tan especial?
Nahia parpadeó de forma juguetona y, con una dulce sonrisa, dijo: -Es un secreto por ahora.
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