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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 166

Capítulo 166

-Lamento profundamente haberles mentido a todos. He tomado la decisión de cerrar mis cuentas en todas las plataformas al finalizar esta transmisión y desaparecer del mundo digital para siempre

Valentín contemplaba la pantalla del celular mientras su respiración se tornaba

paulatinamente densa y laboriosa, La confusión se apoderaba de cada fibra de su ser, manifestándose en una desagradable presión que escalaba desde su estómago hasta su garganta, Primero le aseguraban que alguien había visto a Esmeralda, que ella permanecía con vida en algún lugar lejos de él, y ahora, como burla del destino, declaraban que todo había sido una farsa, una mentira fabricada por alguien hambriento de fama y reconocimiento.

-Sé perfectamente lo indignado que debes sentirte -intervino Jazmín, posando su mano sobre el hombro de Valentín en un gesto que pretendía ser reconfortante-. Ya me comuniqué con el abogado; presentaremos una demanda contra ese tal Alejandro sin mayor dilación.

Valentín tragó con dificultad, notando cómo una sensación opresiva se instalaba en su pecho. mientras un sabor metálico inundaba su boca. El silencio se extendió entre ambos, quebrado únicamente por su respiración irregular, hasta que finalmente habló con voz áspera:

-Entiendo. Ahora déjame solo.

-Sigues convaleciente, permíteme quedarme para atenderte.

-Retirate, por favor,

Jazmín entreabrió los labios, pero las palabras se desvanecieron antes de ser pronunciadas. Con esfuerzo calculado, compuso una expresión comprensiva en su rostro.

-De acuerdo, estaré en la habitación contigua. No dudes en llamarme si necesitas cualquier

Cosa

-No te preocupes por Pablo, me encargaré de él estos días.

Valentin permaneció en silencio, provocando que Jazmín esbozara una sonrisa tensa antes de

abandonar la estancia.

Al cerrar la puerta tras de , Jazmín se recostó contra la superficie de madera mientras la frustración se retorcia en su interior como una serpiente venenosa. ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar para conquistar completamente el corazón de Valentín?, se preguntaba con amargura. Aquella mujer ya no existía en este mundo, ¿acaso no era suficiente?

Tras respirar profundamente, dirigió su mirada hacia el dormitorio principal. Desde la partida de Esmeralda, Valentin había prohibido a todos, incluido a mismo, cruzar el umbral de esa habitación.

Eugenia se aproximó cautelosa y, al percatarse de la dirección de la mirada de Jazmín, se atrevió a advertirle:

-Señorita Varela, ese espacio pertenecía al señor y la señora. Nadie tiene permitido ingresar.

Capitulo 166

-Comprendo perfectamente.

Con expresión de hastío, Jazmín se dirigió a una de las habitaciones de huéspedes desocupadas.

Tras una noche de tormenta, el amanecer trajo consigo un cielo despejado y brillante. La temperatura en la montaña resultaba fresca, pero el aire puro compensaba cualquier incomodidad climática.

Esmeralda había madrugado para unirse a su hermandad en su ritual matutino de meditación en el patio, experimentando una inusual sensación de paz interior que hacía tiempo no disfrutaba.

-Siete.

Al escuchar su nombre ceremonial, Esmeralda abrió los ojos con expresión soñolienta. El hermano Yeray la observaba con una mezcla de asombro e incredulidad reflejada en su rostro.

-¿Meditando? Más bien parece que disfrutabas de un plácido sueño.

Esmeralda se rascó la cabeza con gesto avergonzado. Desde su infancia había experimentado el mismo fenómeno: cada intento de meditación terminaba invariablemente en un profundo letargo. El maestro solía interpretar esto como una señal positiva, afirmando que Siete poseía una mente desprovista de preocupaciones, abierta y receptiva a las energías del universo.

Durante su matrimonio con Valentín, las noches de insomnio se habían vuelto frecuentes. En aquellas madrugadas interminables, solía recordar las enseñanzas del maestro e intentaba meditar para encontrar sosiego. Sin embargo, por alguna razón inexplicable, cuanto más se esforzaba por alcanzar la calma, mayor inquietud experimentaba.

Esta vez había logrado sumergirse en un sueño meditativo, algo que no experimentaba desde hacía años.

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