La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 84

Capítulo 84

Valentín alzó la vista, con un brillo de molestia destellando en sus ojos.

-¿En serio crees que soy esa clase de persona? -preguntó, su voz teñida de una mezcla de incredulidad y fastidio.

Esmeralda lo observó un instante antes de responder.

-¿Y no lo eres, acaso?

Tras pronunciar esas palabras, dejó escapar una risa suave, cargada de una comprensión casi resignada.

-Oh, claro, casi se me olvida… aún tienes a tu fiel asistente.

El destello de emoción que había comenzado a formarse en el rostro de Valentín se apagó al instante, como una vela expuesta a un soplo repentino. Sabía perfectamente que aquello era obra de Jazmín. No había sido capaz de soportar las palabras que Estefanía había soltado aquel día en la casa, y en cuanto tuvo la oportunidad, tejió su venganza con hilos de rencor.

Valentín guardó silencio, mordiendo el interior de su mejilla mientras la tensión crecía en su mandíbula. Tras un largo momento, habló con voz contenida.

-Jazmín es joven, Esmeralda. A veces actúa sin pensar en las consecuencias.

Esmeralda reprimió el impulso de alzar una ceja. ¿Joven? Siempre encontraba una excusa para justificarla. Si su memoria no fallaba, Jazmín apenas le llevaba unos pocos años de diferencia. -Me encargaré del asunto de los contratos. Por favor, dile a Estefanía que lo siento mucho.

-No hace falta -replicó Esmeralda con firmeza-. Estefanía no necesita tus disculpas ni tu dinero. Solo vine a que me dieras una explicación.

Dicho eso, extrajo un papel del bolso y se lo tendió con un gesto preciso.

-Y de paso, échale un vistazo a esto, Señor Espinosa. Hazme el favor.

El tono formal y cortante de sus palabras hizo que Valentín frunciera el ceño, claramente incómodo. Con un suspiro contenido, tomó el documento y lo examinó. Al leer su contenido, su cuerpo se paralizó, como si el tiempo mismo se hubiera detenido. Era el expediente académico de Esmeralda, un eco de aquellos años que ahora regresaba para enfrentarlo.

El impacto transformó su expresión en un instante: sus facciones se endurecieron y su respiración se volvió entrecortada. Aferró el papel con fuerza, como si quisiera borrar lo que veía con la presión de sus dedos. ¿Entonces, mientras ella estuvo ausente todos estos días,

había estado desenterrando esto?

A pesar de los años compartidos, de las noches bajo el mismo techo y el vínculo que los había unido, Valentín se dio cuenta, con un peso amargo en el pecho, de que apenas conocía a la mujer frente a él.

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Capítulo 84

-En aquel entonces me esforcé tanto por prepararme para esos exámenes -dijo Esmeralda, su voz temblando con una mezcla de dolor y reproche-. Hasta tu padre reconoció cuánto quería seguir estudiando, Valentín. Jamás imaginé que tú, precisamente tú, harías algo así.

-Yo… no, no fue mi intención -balbuceó Valentín, nervioso, agitando la cabeza-. Te oculté los resultados porque estabas embarazada. Mi madre me lo pidió, ella…

Esmeralda lo interrumpió con una risa seca.

-¿Tu madre? ¿Entonces ahora todo lo que dice tu madre lo obedeces ciegamente? Si te pidiera que te arrojaras por un puente, ¿también lo harías?

Valentín la miró boquiabierto, desconcertado. Nunca había esperado un golpe tan directo de su parte, no de alguien que siempre había sido mesurado y gentil.

-No me malinterpretes -intentó explicar, apresurado-. Mi madre solo quería protegerte, que no te esforzaras tanto durante el embarazo. Si hubieras querido retomar los estudios después de tener a Pablo, nadie te lo habría impedido.

Esmeralda lo encaró con los ojos encendidos, el rojo tiñendo el borde de sus párpados.