Capítulo 328
El periodista soltó sin pensar:
-Claro, es para hacer dinero.
Sabrina respondió:
-Si me gusta tanto hacer dinero, ¿por qué lo donaría? Con tanto dinero, no lo podría gastar ni en la próxima vida, ¿por qué no lo usaría para mí?
El periodista quedó atónito y sin palabras.
Claro, si ella lo hiciera por dinero, ¿por qué no gastarlo en ella misma? Donarlo no tenía sentido lógico.
El periodista no pudo responder, pero otro reportero de espectáculos desafió a Sabrina.
-Señorita Ibáñez, según tengo entendido, ni siquiera terminó la preparatoria, no es una dama de alta sociedad ni mucho menos una millonaria… ¿cómo es que tiene tal fortuna?
-¿De dónde viene ese dinero? ¿No será de alguna fuente no legítima?
-Se rumora que hace un tiempo se hizo pasar por la esposa de André, ¿acaso ese dinero no lo obtuvo engañando a un hombre?
Sabrina, con la misma calma, miró al periodista:
-Me gustaría preguntar, ¿qué tipo de engaño podría generar diez mil millones?
El reportero torció la boca:
-Engañar a un solo hombre por diez mil millones es difícil, pero hacerlo con varios hombres parece no ser tan complicado.
Al decir esto, sonrió de manera significativa, con una expresión de satisfacción.
-Todo el mundo sabe que los hombres enamorados tienen un coeficiente intelectual negativo.
-Además, una mujer tan hermosa y talentosa como la señorita Ibáñez, engañar a los hombres para obtener dinero es realmente fácil.
-De lo contrario, ¿cómo explicas el origen de esos diez mil millones?
Las palabras de este periodista fueron como una bomba lanzada en un lago tranquilo, creando una ola gigantesca.
No haber terminado la preparatoria, no ser una dama de alta sociedad, pero poseer diez mil millones. Realmente daba pie a muchas especulaciones.
Sabrina miró al periodista que había hecho la pregunta:
-Entonces, según tú, cualquier mujer joven y hermosa que tenga una gran fortuna, su dinero debe provenir de fuentes ilegítimas, ¿verdad?
1/2
Capitulo 328
El periodista se quedó sin aliento.
Ante tanta gente, no podía admitir eso. Si lo hacía, ofendería a las mujeres de todo el mundo.
El periodista desvió la mirada:
-Por supuesto que no, solo estoy cuestionando el origen de la fortuna de la señorita Ibáñez. La señorita Ibáñez debería dar al público una explicación razonable, ¿no? Si usas dinero sucio para hacer caridad, ¿no se convertiría en una broma?
-Una gran filantropa que en realidad usa dinero sucio para hacerse la buena, ¿acaso hay algo más ridículo que eso en el mundo?– El periodista, como si hubiera atrapado a Sabrina en algo, se volvió aún más agresivo.
Comments
The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada