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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 363

Capítulo 363

José Álvaro y los otros dos niños parecían estar paralizados, intimidados por la presencia de

Romeo.

Incluso Thiago lo miraba boquiabierto.

José Álvaro y su grupo siempre eran tan agresivos, ¿realmente ese chico malo no les tenía

miedo?

Como si hubiera sentido la mirada de Thiago, Romeo se volvió hacia él.

Sus ojos oscuros estaban llenos de desprecio hacia él.

-¡Cobarde! -le espetó Romeo a Thiago con solo dos palabras.

Thiago se estremeció.

Quería refutar a Romeo, no era un cobarde, había intentado defender a su mamá.

Pero no podía contra ellos y todos los niños lo aislaban.

Temía que su mamá se entristeciera, así que no le contó nada, sino que se lo dijo a su abuela.

Pero su abuela le dijo que todo era culpa de su mamá.

Si no tuviera una mamá tan vergonzosa, esos chicos malos no lo molestarían.

Sin embargo, antes de que pudiera defenderse, José Álvaro, con los ojos enrojecidos, se lanzó contra Romeo.

Los niños cuando pelean no tienen mucha técnica.

Pero se podía ver que, aunque José Álvaro era más grande que Romeo, estaba en desventaja.

Pronto empezó a flaquear.

-¿Qué están mirando? ¡Ayúdenme! -le gritó a sus dos compañeros que observaban atónitos.

Romeo, después de todo, era solo un niño de cinco años.

Con la ayuda de sus dos aliados, José Álvaro pronto tomó ventaja sobre Romeo.

José Álvaro sonrió con satisfacción.

-Tú, mocoso, si no te hago arrodillarte y llamarme papá, no me llamo Vegajah!

Antes de que pudiera terminar su amenaza, Romeo le dio otro golpe.

Romeo ignoraba los ataques de los otros dos niños y se concentraba en José Álvaro.

No importaba lo que los otros niños le hicieran, él no se detenía y seguía golpeando y mordiendo a José Álvaro.

Era feroz como un pequeño animal, con una valentía innata.

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Este estilo de pola sin miedo pronto atemorizó a los otros dos niños que lo atacaban.

No se atreveron a seguir golpeando a Romeo y rápidamente intentaron detenerlo para que dejara de gobear a José Alvaro

Pero no lograban contenerio

Aunque solian ser los matones, aun eran jóvenes y nunca habian visto algo así.

Estaban pálidos de miedo

José Alvaro empezó a gemir de dolor, ya no tenia el aire de superioridad, y suplicaba una y otra

-Lo siento, realmente lo siento, no volveré a hablar mal de la señorita Sabrina

-Por favor, por favor, ya no me peques, ¿si?

-No me atrevené otra vez, de verdad que no

José Alvaro estaba cubierto de moretones, pero Romeo tampoco estaba en buena forma.

Se sentó sobre José Alvaro

-¿Quién es la señorita Sabrina?

José Alvaro lloraba y moqueaba.

-La mama de Thiago

Romeo dijo:

-De ahora en adelante, la señorita Sabrina serà mamâ. ¡No quiero volver a escuchar que

hablan mal de ella!

José Alvaro asintió repetidamente.

-Lo , lo se…..

Romeo miró a los otros dos niños.

-¿Y ustedes?

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