Capítulo 404
-André–dijo con una mirada profunda-, no es necesario. Encuentra el paradero de STAR, hablaré personalmente con ellos.
Iván se sorprendió -Sí, ahora mismo me encargo de eso.
En el estudio, Sabrina estaba interpretando su última composición. Planeaba usarla como la pieza de apertura. El sonido del piano fluía como un arroyo cristalino, cautivando a quien lo escuchaba. De pie junto a la ventana, su figura elegante se asemejaba a una pintura hermosa y conmovedora. La suave luz del sol atravesaba las cortinas de gasa, bañándola con una especie de resplandor dorado.
Al terminar la pieza, se escucharon aplausos provenientes de la puerta.
-¡Plas, plas, plas!
Sabrina se dio la vuelta y vio que era Jorge.
-Jorge, ¿cuándo llegaste?
Daniela respondió:
-Llegó poco después de que empezaste a tocar, señorita. Señor Olivares me pidió que no te nterrumpiera, así que no te llamé.
La noche anterior, durante la cena, Jorge había mencionado que quería visitar su estudio. Últimamente, Sabrina no tenía mucho que hacer durante el día y pasaba la mayor parte del iempo practicando en el estudio. Como no era un secreto su ubicación y planeaba realizar actividades comerciales allí, aceptó la visita de Jorge. No esperaba que llegara tan pronto.
Jorge, con su voz suave y profunda, comentó:
-Suena muy bien.
-Gracias -respondió Sabrina, luego se dirigió a Daniela-: Dentro de poco vendrán algunos solicitantes para el trabajo. Por favor, recíbelos mientras le muestro a Jorge el lugar.
Daniela asintió con la cabeza -Claro, adelante.
por Marcelo,
Sabrina llevó a Jorge en un recorrido por el estudio. Este lugar había sido rentado ¡u exesposo, antes de que se divorciaran, con la intención de formar su propio equipo de rabajo independiente. Marcelo había alquilado un estudio bastante grande, de unos >chocientos metros cuadrados.
El estudio tenía tres pisos, incluyendo un salón de conciertos, áreas de práctica y oficinas. Sabrina había pedido prestado un piso a Marcelo, ya que no podía costear el alquiler ni la enovación con sus propios ahorros, por lo que acordaron que le pagaría más adelante.
Después de mostrarle su piso a Jorge, lo llevó a ver los otros dos niveles. Cuando terminaron
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de recorrer el lugar, regresaron para reunirse con Daniela.
Jorge permaneció detrás de Sabrina, observándola en silencio. Sus ojos, usualmente serenos, brillaban con una intensidad ardiente. Sin embargo, Sabrina no notó la mirada de Jorge mientras regresaban al cuarto.
Daniela le entregó a Sabrina varios currículums impresos.
-Sabrina, estos candidatos tienen buenos antecedentes. Revísalos y dime cuál te gusta, para que los llame para una entrevista.
Dado que sería un concierto, no podían ser solo ella y Marcelo. Aunque Marcelo contaba con un equipo musical, Sabrina empezaba desde cero por su cuenta. Además de Daniela, su agente, necesitaba encontrar acompañantes musicales para algunas piezas, como un pianista y varios violinistas.
En ese momento, el teléfono de Daniela sonó. Al ver quién llamaba, Daniela frunció el ceño y colgó la llamada. Unos segundos después, el teléfono volvió a sonar, y esta vez, Daniela optó por apagarlo.
Sabrina preguntó:
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