Login via

La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 534

Capítulo 534

-Son solo travesuras de niños, Hernán. No hace falta que les des importancia -dijo Martín mientras miraba a Sabrina.

-Auri, papá quiere hablar contigo a solas añadió.

Sabrina no tenía muchas ganas de hablar con Martín, pero sabía que necesitaba que la familia Ramos le ayudara con los documentos de su educación. Asintió con suavidad.

Justo cuando se preparaba para irse, Valentino intervino también:

-Señorita Ibáñez, me gustaría hablar con usted más tarde. ¿Tendrá un momento libre?

Al ver a Valentino, Sabrina sospechó que quizás se trataba de algo relacionado con Marcelo. Aceptó:

-Claro, señor Blanco.

Valentino, satisfecho, sonrió. Era un joven educado y bien preparado.

Despidiéndose de Hernán, Sabrina salió de la habitación junto a Martín y Federico. Solo Eva permaneció en el cuarto.

Hernán la observó de reojo, casi sin que se notara, y preguntó:

-Eva, ¿no vas con ellos?

Eva sonrió con ligereza y negó con la cabeza:

-No, señorita Ibáñez probablemente no quiera verme.

Tan pronto como se cerró la puerta, Federico habló directamente:

-Sabrina, no puedes aceptar ser adoptada por la familia Blanco.

Sabrina mantuvo la mirada serena:

-¿Por qué no?

-Eres una Ramos. Ser hija de los Blanco, ¿qué sentido tiene eso?

Sabrina respondió:

-¿A quién le importa de quién sea hija? Al fin y al cabo, nadie lo sabe. Además, ser adoptada por los Blanco me dará un diez por ciento de las acciones.

Desde hace tiempo, Sabrina había escuchado a Martín y Federico discutir sobre presentarla como hija adoptiva al público.

Federico se mostró un poco molesto, pero no lo dejó ver.

-Sabrina, los lazos familiares no se miden con dinero.

1/2

16.2

Capitulo 534

Sabrina lo miró y replicó:

-¿Entonces con qué se miden? ¿Con afecto?

Federico abrió la boca, pero no pudo decir nada. A pesar de ser hermanos, llevaban años sin verse y su relación no era cercana. Además, desde que Sabrina había regresado, no había pasado mucho tiempo con la familia Ramos. Sus dos hermanos eran indiferentes con ella y su relación con Eva era complicada. Federico, por su parte, estaba siempre ocupado con el trabajo y apenas iba a casa. No podía argumentar con confianza sobre los vínculos afectivos.

En ese momento, Martín intervino:

-Auri, lo que la familia Blanco te ofrece, yo también puedo dártelo. Ya había pensado en ofrecerte un diez por ciento de las acciones.

Sabrina sabía que nada en el mundo era gratuito. Si aceptaba esas acciones, estaría bajo el control de la familia Ramos y probablemente le pedirían que se casara por conveniencia.

Con una expresión tranquila, Sabrina dijo:

-No necesito esas acciones. Lo que quiero es que mi nombre en los certificados de estudios coincida con el actual. Espero que puedan ayudarme a cambiarlo.

Martín frunció el ceño:

-Auri, ¿no te gusta este nombre?

Comments

The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada