Capítulo 548
Sin embargo, cuando todo parece estar bien, es cuando más debes preocuparte.
Sin pruebas en la mano, Hernán no se atrevería a decir nada precipitado.
Aunque, es muy probable que le haya echado el ojo a Sabrina y quiera acercarse a ella a propósito.
Con la conversación en ese punto, a Sabrina no le quedó más remedio que aceptar.
-Está bien–respondió.
Hernán mostró una sonrisa de satisfacción.
Después de platicar un poco más con Hernán, Sabrina se levantó para despedirse.
Apenas había salido de la casa de Hernán cuando su celular comenzó a sonar.
Sabrina miró la pantalla y vio que era un número que conocía muy bien.
Era André.
¿Por qué le estaría llamando?
Instintivamente, Sabrina rechazó la llamada.
Un minuto después, André volvió a llamar.
Sabrina volvió a rechazar la llamada.
No consideraba que tuviera algo más que decirle a André.
Sin embargo, unos minutos después, el teléfono sonó de nuevo, esta vez era Jorge.
Sabrina, sintiendo que algo no andaba bien, dudó por unos segundos antes de contestar.
-Sabrina -dijo Jorge con un tono serio-. Thiago ha sido secuestrado.
El rostro de Sabrina cambió de golpe. -¿Qué sucedió?
Jorge explicó: -Hoy es fin de semana, y mientras Araceli llevó a Thiago al parque de diversiones, ambos fueron secuestrados. Sabrina, ¿tienes tiempo para venir a ayudarnos a ver qué hacemos?
Aunque Sabrina estaba decepcionada de Thiago, él seguía siendo su hijo, aquel a quien había llevado en su vientre durante diez meses.
Con algo tan grave, Sabrina no podía quedarse al margen.
-¿Dónde están? Voy para allá.
Jorge hizo una pausa antes de responder: -André ya va camino a recogerte. Debería llegar en unos diez minutos. Espera en el mismo lugar.
16-22)
Capitulo 548
En este momento, Sabrina dejó de lado cualquier resentimiento con André.
-Entendido.
Tras colgar, Hache, que había notado la expresión preocupada de Sabrina, preguntó:
-¿Qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara?
Sin ocultar nada, Sabrina respondió:
-Mi hijo ha sido secuestrado.
-¿Tienes un hijo?
-Sí, ¿y qué?
Hache comentó:
-No parece que tuvieras hijos.
Sabrina no tenía ánimos de discutir eso con él.
-Tengo que ir a buscar a mi hijo. Tú regresa, Daniela ya te rentó un lugar para quedarte.
Hache se negó:
-No puedo, no tengo celular ni dinero. Si me pierdo, no podré encontrar a nadie.
Sabrina frunció el ceño.
Podría darle dinero, pero no un celular. Necesitaba mantener su línea abierta por si había noticias de Thiago.
Después de pensarlo, dijo:
-Llamaré a Daniela para que venga por ti.
Hache la miró con suspicacia:
Comments
The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada