Capítulo 565
Después de un arduo rescate, Araceli Vargas ya no corría peligro de vida. André Carvalho, Thiago Carvalho y Fabián Guerrero habían pasado la noche en el hospital cuidándola con
esmero.
Araceli notó que André y Thiago, quienes habían estado un tanto distantes últimamente, ahora volvían a mostrar la misma atención y cariño de antes, lo cual le satisfacía. Aunque no había logrado deshacerse de Sabrina Ibáñez, recuperar el afecto de André y su hijo era un precio que estaba dispuesta a aceptar.
Ese día, mientras Fabián salió a comprar comida, Araceli se encontraba sola, recostada en la cama, jugando con su celular. A pesar de lo aparatoso de sus heridas, no eran graves; solo cortes superficiales que no afectarían su participación en el concierto próximo.
De repente, alguien tocó suavemente la puerta de la habitación. Pensando que era Fabián, Araceli preguntó:
-Fabián, ¿André mencionó si vendrá hoy?
Pero se detuvo al ver a Sebastián Fonseca entrar.
-Sebastián Fonseca… ¿qué haces aquí? -preguntó con sorpresa.
Sebastián dejó un ramo de flores sobre una mesa y sonrió.
-Con semejantes heridas, es normal que venga a verte, ¿no? ¿No me vas a dar la bienvenida?
Araceli forzó una sonrisa.
-Claro que sí, solo que… Fabián y André podrían llegar en cualquier momento. Si te ven aquí, podrían sospechar.
Araceli aún no sabía que Sebastián ya había logrado acercarse a Sabrina.
-No te preocupes -dijo Sebastián con calma-. Mis muchachos han entretenido a Fabián por un rato, y André está en una firma de contratos, así que nadie nos descubrirá.
El rostro de Araceli se tensó, y una capa de sudor frío cubrió sus palmas. El silencio se adueñó del cuarto hasta que Araceli decidió romperlo.
-Sebastián, ¿Carlos Luque trabaja para ti?
Sebastián esbozó una sonrisa.
-Yo manejo el mercado negro. Todas las transacciones y contratos pasan por mis manos.
Araceli se relajó un poco al escuchar esto, aunque su rostro seguía mostrando cierta frialdad.
-Sebastián, ¿por qué no mataste a Sabrina?
-Ya te expliqué mi razón -respondió Sebastián-. Pero tú, Araceli, ¿por qué no me dijiste nada de todo esto? ¿No confías en mí?
1/2
16:54
Araceli respiró hondo.
-No es que no confiara en ti, sino que temía que, si algo salía mal, te involucraría. Por eso decidí buscar ayuda en el mercado negro.
Comments
The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada