Capítulo 626
Al ver a Federico irrumpir en la habitación, Eva se quedó pasmada por un segundo.
-Hermano, ¿qué haces aquí?
De inmediato, como si una idea se le hubiera prendido en la cabeza, volteó hacia Nicolás.
-Nico, ¿fuiste tú quien le avisó a mi hermano?
Rocio y Fidel no eran de los que andan contando todo, así que descartó que alguno de ellos hubiera avisado a Federico. Solo quedaba Nicolás, quien siempre había tenido sus reservas con Sabrina.
Nicolás desvió la mirada.
-Eva, ¿cómo esperabas ocultar algo tan grave? Además, te lastimaste la mano.
Federico frunció el ceño, el gesto en su cara cambió al instante al escuchar que Eva se había lastimado. Sus ojos volaron hacia la mano de su hermana.
-Eva, ¿qué pasó? ¿Qué te hiciste?
Eva tenía la mano izquierda envuelta en una venda blanca. Mantuvo el semblante sereno.
-Hermano, Nico está exagerando. Solo me fracturé un poco el dedo meñique, no es nada de qué preocuparse.
Federico sabía de sobra que Eva jamás contaba sus problemas, solo las buenas noticias. Lanzó una mirada inquisitiva a Nicolás.
Nicolás asintió leve, confirmando lo que Eva acababa de decir. Luego, habló con seriedad:
-Ramos, si esto fuera solo un accidente cualquiera, lo dejaría pasar. Pero aquí no hubo accidente, esto fue provocado. Lo miró directo, los ojos cargados de algo oscuro.
-Al carro de mi tío le hicieron algo. Los frenos no respondieron.
Federico arrugó la frente.
-¿Cómo pudo pasar algo así? ¿Fidel se metió en problemas con alguien?
Nicolás dejó escapar una sonrisa extraña.
-Mi tío casi no viene a Cartagena, aquí no tiene enemigos. Apenas llegó hoy y fue directo con nosotros a la subasta. Si hubo conflicto, solo fue con una persona hoy. Y esa persona es…
No terminó la frase, pues Eva lo interrumpió con voz cortante.
-¡Nico! Si sigues hablando sin pruebas, no vuelvas a buscarme como amiga.
Nicolás se detuvo, resignado, y alzó las manos.
-Va, ya no digo nada.
Federico míró a Eva con atención.
-Si no quieres hablar, no te voy a obligar. Pero igual voy a mandar investigar. Da igual.
Hizo una pausa y agregó con tono serio:
-Y hasta podríamos terminar preocupando a papá.
Todavía no le había contado nada a Martín Ramos. Martín ya era grande y su salud no era la de antes. Una de las razones por las que Eva había callado todo era precisamente para no preocuparlo.
Eva aclaró:
-Solo fue eso, el carro de Fidel tenía los frenos alterados y por eso chocamos. No hay más.
Le lanzó una mirada de advertencia a Nicolás.
-Nico, no acuses sin pruebas. Podrías culpar a alguien inocente.
Nicolás se encogió de hombros.
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Capitulo 626
-Bueno, ya no digo nada. Pero Ramos es tu hermano, no pasa nada si él sabe toda la historia, ¿no? Ya avisamos a la policía, ellos van a investigar igual. Tarde o temprano, Ramos se va a enterar.
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