Capítulo 635
-Nicolás, ¿acaso no éramos muy buenos amigos antes? ¿Por qué querría yo hacerte daño?
Nicolás abrió la boca, queriendo decir algo, pero las palabras se le quedaron atoradas en la garganta.
El hecho de que él había tramado contra Sabrina, expulsándola de la familia Ramos, solo lo sabía Fidel. Nadie más tenía idea de lo que había hecho.
Obviamente, no podía confesar frente a todos que había armado todo para que Sabrina fuera echada y por eso ella le guardaba rencor.
Con voz entrecortada, Nicolás soltó:
-Eso fue porque… fue porque en aquel tiempo no me hice responsable de ti, y por eso me guardas odio.
Sabrina sonrió, con un aire de burla, y le respondió:
-¿No te hiciste responsable de mi? Si no recuerdo mal, fui yo la que prefirió romper lazos con la familia Ramos antes que casarme contigo, ¿no es así?
¿Cómo es que, según tú, la cosa terminó en que tú no quisiste hacerte cargo de mí y yo por eso te odio?
Nicolás, aquí están el hermano mayor y Eva escuchando todo. No vayas a inventar cosas.
Nicolás giró la cabeza y, tal como temía, vio a Federico y Eva mirándolo con sorpresa.
Ambos habían estado presentes en aquel entonces.
Martín, incapaz de soportar la vergüenza, había intentado obligar a Sabrina a casarse con Nicolás.
Pero Sabrina prefirió abandonar la familia Ramos antes que aceptar ese matrimonio.
Federico y Eva lo sabían perfectamente.
Al escuchar el intercambio, Federico y Eva se cruzaron una mirada, notando que algo no cuadraba.
¿Sería posible que en ese asunto del pasado hubiera algo más oculto?
Federico fijó la vista en Nicolás y le preguntó:
-Nicolás, en aquel tiempo tú y Sabrina eran inseparables, eras su único amigo. ¿Por qué piensas que ella te odia?
En su momento, cuando Sabrina se negó a casarse con Nicolás, todos creyeron que era porque, al darse cuenta de que Eva no sentía nada por Nicolás, Sabrina perdió el interés en lo que no le pertenecía y simplemente se rindió.
Si ella no quería casarse, era su decisión.
Si Nicolás no quería hacerse cargo de Sabrina, eso ya era otro asunto.
En la familia Ramos, nadie se dejaba pisotear tan fácil.
Incluso Eva lo miraba con desconcierto, esperando una explicación.
Nicolás, convencido de que su plan había sido perfecto, no imaginó que Sabrina, con solo unas pocas palabras, sembraría la duda en los Ramos.
Ahora no sabía cómo salir del aprieto.
-En aquel tiempo… ella estaba enojada con todo y con todos, hasta con el aire. ¿No es lógico pensar que también me
odiaba a mí?
-Ya estuvo -intervino Fidel, cortando el discurso de Nicolás-. Lo del pasado ya quedó atrás. Hoy estamos aquí por otro
asunto.
Se volvió hacía Sabrina.
-¿Señorita Ibáñez, acaso quiere repasar todas las cuentas viejas solo para evadir la responsabilidad ahora?
Sabrina no le dio más vueltas.
-Está bien, dejemos el pasado donde está.
Solo quiero preguntarle algo, señor Fidel:
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