Sabrina quería seguir el ejemplo de Fabián.
Si Fabián quería usar a otros para hacer el trabajo sucio, ella tampoco tenía problema en actuar igual.
Al final, si todo esto era una jugada de Fabián para manipular la situación desde las sombras, a Sabrina no le importaba demasiado.
De todos modos, Fabián nunca había sido una buena persona; siempre le buscaba pleito y la metía en líos. Así que, aunque fuera una confusión, él tampoco tenía derecho a quejarse.
Lo único que le preocupaba era Jorge, y si él llegaría a poner por encima la amistad de años con Fabián.
El silencio se apoderó del ambiente por un buen rato antes de que Jorge rompiera el mutismo.
-La verdad es que Fabián ya se pasó de la raya. Siempre anda aprovechándose de los demás… Creo que ya es hora de que alguien le ponga un alto.
No se molestó en defender a Fabián.
De hecho, ya traía la idea de echarle la culpa de todo a Fabián desde el principio.
Lo que no esperaba era que Sabrina terminara topándose con Fidel de manera tan fortuita, y que eso casi los pusiera en peligro.
Si André no le hubiera pedido a Sabrina que fuera por Thiago Carvalho, y no se hubieran cruzado por casualidad, nada de esto habría ocurrido.
Ese pensamiento hizo que Jorge apretara el celular con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.
Siempre había pensado en lo que significaba la hermandad, pero André seguía lastimando a las personas que más le importaban.
Jorge bajó ligeramente la mirada, tratando de ocultar la tormenta de emociones que se arremolinaban en sus ojos.
Si ya estaba así la cosa… entonces, André, lo siento.
Al colgar el teléfono, Sabrina se quedó mirando la pantalla, perdida en sus pensamientos.
A veces no sabía si hacerle ese tipo de peticiones a Jorge estaba bien o mal.
Después de todo, Fabián era su amigo de toda la vida, prácticamente como un hermano.
¿No sería muy injusto pedirle que le ayudara a ir en contra de su propio hermano del alma?
Mientras seguía sumida en sus dudas, una voz masculina, clara y serena, resonó en la tranquilidad del cuarto.
-¿En qué piensas?
Sabrina regresó al presente de golpe, dándose cuenta de que Hache estaba parado detrás de ella y ni siquiera lo había notado.
Aunque no confiaba en Hache tanto como Daniela, sí tenía una buena impresión de él.
-Hache, hoy te voy a molestar para que me acompañes un rato.
Él le sonrió.
-Señorita Ibáñez, soy su asistente y me pagan por esto. No hace falta que sea tan formal conmigo.
Sabrina recordó el asunto de su memoria y le preguntó:
-¿Has recordado algo?
Hache negó con la cabeza.
-Nada.
-¿Ni un poco? -insistió Sabrina.
-Solo una sensación vaga… como si estuviera buscando a alguien muy importante para mí.
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Capítulo 648
Sabrina sintió curiosidad.
-¿Alguien importante? ¿Y ya la encontraste?
Hache respondió con ambigüedad:
-Siento como si sí, pero al mismo tiempo, como si no.
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