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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 266

Capítulo 266

Alberto miraba por la ventana, sin girarse, -Déjalo en la habitación del hospital.

El secretario Francisco quiso decir algo, pero se detuvo. -Presidente, señorano, quiero decir, la señorita Raquel

Antes de que pudiera terminar, Alberto lo interrumpió en voz baja, -Ya me divorcié de ella, no me cuentes nada sobre ella.

El secretario Francisco se quedó en silencio por un momento y luego respondió

respetuosamente, -Entendido.

El secretario Francisco se dio la vuelta y salió.

En ese momento, Ana salió de la habitación. Había escuchado todo lo que Alberto había dicho. Sonrió ligeramente. Sabía que Alberto siempre había sido un hombre decidido y directo, y que una vez que se divorciara de Raquel, ya no tendría nada que ver con ella.

Ahora, su corazón y su mente solo le pertenecían a ella.

Ella era su amor verdadero.

Ana se acercó y abrazó a Alberto desde atrás.

Alberto, sin necesidad de girarse, sabía que Ana estaba allí. Su mirada se desvió de la ventana y miró hacia abajo, fijándose en las dos pequeñas manos blancas que rodeaban su cintura.

La muñeca derecha de Ana ya casi se había recuperado, aunque quedaba una cicatriz que estropeaba su belleza.

Ana era bailarina, y le encantaba la belleza.

Alberto tomó su muñeca derecha, -Ya contacté con los mejores médicos de fuera, te ayudarán a quitarte esa cicatriz.

Ana sonrió, -No, quiero dejarla. Esta cicatriz es el sello de mi amor por ti.

Alberto gíró hacia ella, -¿Por qué?

-Porque es la huella de tu amor. Quiero dejarla como recordatorio, para que siempre me ames bien.

Ana era inteligente, quería dejar esa cicatriz para que Alberto siempre se sintiera culpable, ya que fue cuando él pasó una noche con Raquel que quedó marcada.

Alberto la miró y luego la abrazó por los hombros, en voz baja dijo, -Eso no volverá a suceder.

Ana asintió feliz, -Alberto, ¿cuándo entonces será nuestra boda?

Capitulo 2016

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Ella ya quería casarse.

Alberto la abrazó, -Mi abuela aún no sabe que me divorcié de Raquel. Su salud no puede soportar un shock, así que no podemos casarnos por ahora.

Ana realmente odiaba a doña Isabel. Si no fuera por esa anciana, ya habría sido la señora Díaz.

Ana no se mostró caprichosa y, en un tono dulce, dijo, -Entonces no me quedo de brazos cruzados. Quiero esforzarme por nosotros. Mira, preséntame a tu familia, a la familia Guerrero. Quiero ganarme su reconocimiento y apoyo.

La madre de Alberto era hija de la familia Guerrero, una familia con una historia centenaría,

una verdadera familia aristocrática. Su influencia se encontraba en el Valle del Río. Ana siempre había estado deseando formar parte de la familia Guerrero.

Si lograba ganar el apoyo de la familia Guerrero, incluso si doña Isabel no aceptaba su matrimonio, tendría que ceder.

-La hija más pequeña de la familia Guerrero se llama Sofía, ¿cierto? He oído que es la favorita de todos. Alberto, por favor, preséntamela. Estoy segura de que seremos las mejores amigas. Ana dijo de manera juguetona.

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