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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 322

Capítulo 322

La expresión en el rostro de Sabrina no era precisamente la que Fabián y Araceli esperaban ver Una calma inquietante emanaba de ella, completamente opuesta al nerviosismo que ellos anticipaban encontrar después de una noche en interrogatorio. Fabián frunció el ceño, desconcertado por aquella tranquilidad que lo desarmaba completamente,

-¿De qué diablos te ríes? -preguntó Fabián con evidente irritación.

-Me río de lo tonto que eres -respondió Sabrina con voz ligera, sin rastro de preocupación.

Araceli soltó una risita condescendiente mientras examinaba a Sabrina de pies a cabeza, deteniéndose especialmente en su aspecto desaliñado tras la noche de interrogatorio.

-Ibáñez, entiendo que no quieras verte débil frente a nosotros, pero en tu situación, no tiene nada de malo ceder un pocosu mirada se posó en el collar que Sabrina llevaba al cuello con un brillo de codicia-. Si me devuelves ese collar y además me entregas tu Astra Aestiva, creo queAndré estaría dispuesto a perdonarte por robar sus secretos comerciales.

El collar que Sabrina llevaba en ese momento no era el Azul Profundo, sino la joya que su madre le había dejado como herencia. Aunque Araceli no apreciaba verdaderamente el valor sentimental de ese collar, igual lo deseaba con fervor. Para ella, todo lo que codiciaba debía pertenecerle, sin excepción: el collar, el Astra Aestiva, incluso André.

-¿Sabes? Al principio pensé que eras inteligente, pero veo que no es para tanto -comentó Sabrina con una sonrisa tranquila-. Ya le pedí el divorcio a André.

-No me creíste y pensaste que era una estrategia para atraparlo, por eso interferiste tantas

veces.

-Para que lo sepas, si no fuera por tus interrupciones, André y yo ya estaríamos divorciados, y yo me habría ido sin nada.

-Y ahora, gracias a ti, tengo muchísimo dinero -continuó Sabrina, haciendo una pausa deliberada mientras miraba a Araceli con intensidad calculada-. Eres muy generosa, me has ayudado tanto. Sin ti, ¿cómo habría tenido dinero para ir a la subasta y competir contral ustedes?

-Ese Azul Profundo, lo querías con locura, ¿verdad? Sin tu ayuda, jamás lo habría conseguido. Araceli, consumida por la ira, tenía los ojos inyectados en sangre mientras soltaba una carcajada carente de humor que resonó fríamente en el vestíbulo de la comisaría.

-¡Ya lo verás! ¡Así como conseguiste esos mil millones, los vas a regresar!

-¿En serio? Esperemos a ver qué pasa -respondió Sabrina con suavidad antes de darles la espalda para marcharse, dando por terminada aquella confrontación.

Las palabras de Sabrina habían golpeado duramente, como dardos precisos que dieron exactamente en el blanco. Araceli la siguió con la mirada, apretando los dientes mientras

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Capitulo 322

observaba a Sabrina alejarse, con un odio tan visceral que resultaba casi palpable en el ambiente. Que disfrute un poco más, pensó. En cuanto cruzara esa puerta, pronto dejaría de

sonreír.

Sabrina y su abogado apenas atravesaron las puertas de la comisaría cuando una multitud de reporteros, aparecidos de la nada, los rodeó como una jauría hambrienta de escándalos y

titulares sensacionalistas.

-Señorita Ibáñez, después de volverse repentinamente famosa en las redes, ¿la vetaron por ofender a alguien poderoso?

-Señorita Ibáñez, ¿por qué salió de la comisaría? ¿La detuvieron por actividades ilegales?

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