Capítulo 341
Sabrina sonrió y preguntó:
-¿Qué pasa?
Romeo respondió:
-Es sobre Thiago.
Al escuchar el nombre de Thiago, la sonrisa de Sabrina se desvaneció un poco, pero aun así preguntó:
-¿Qué le pasa?
Romeo dijo:
-Parece que Thiago se enteró del divorcio entre la señorita Sabrina y el señor Carvalho. Está muy enojado y dice que quiere hablar contigo para aclarar si realmente no lo quieres más.
Sabrina no dijo nada.
Romeo agregó:
-Me di cuenta hace un rato que Thiago parece haber estado siguiéndonos. Ahora parece que está esperando afuera. Señorita Sabrina, ¿por qué no lo hacemos pasar?
Sabrina permaneció en silencio.
Daniela miró la expresión de Sabrina y, sonriendo, dijo:
-Ay, hace mucho que no veo a Thiago. La verdad es que lo extraño un poco. Voy a salir a verlo.
Sabrina observó la espalda de Daniela mientras se alejaba, sin detenerla.
Unos minutos después, Daniela entró de nuevo, llevando a Thiago de la mano.
-Ven, ven, Thiago, siéntate aquí.
Daniela acomodó a Thiago al lado izquierdo de Sabrina, mientras que Romeo se sentó al lado
derecho.
Sabrina, al ver esto, no dijo nada más.
Thiago, aparentemente, no había cambiado mucho, pero estaba mucho más callado que antes. Con la llegada de Thiago, la atmósfera se tornó un poco incómoda.
En ese momento, Romeo rompió el silencio oportunamente.
-Thiago, hoy la señorita Sabrina invita. Lo que quieras comer, puedes pedirlo.
La actitud de pequeño anfitrión de Romeo hizo que Thiago se sintiera un poco incómodo.
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Capitulo 341
Thiago no dijo nada, pero apretó los labios con descontento.
Romeo, al notar esto, preguntó con cautela:
-Thiago, ¿qué te pasa? ¿Dije algo que te molestó?
La escena era tan familiar que Thiago recordó cómo solían salir a comer con la señora Vargas, quien, al igual que Romeo, decía a su mamá que pidiera lo que quisiera, sin preocuparse.
En ese entonces, consideraba a la señora Vargas amable y atenta, siempre cuidando de las emociones de su mamá.
Sin embargo, su mamá nunca lo apreciaba y siempre estaba en contra de la señora Vargas.
Ahora, siendo él el involucrado, se sentía muy incómodo.
Daniela preguntó:
-Thiago, ¿qué pasa? ¿Hay algo que te moleste?
Normalmente, con solo fruncir el ceño, su mamá se preocupaba y preguntaba qué le sucedía.
Pero ahora, su mamá ni siquiera lo miraba, solo bebía de su vaso.
Thiago se sintió inexplicablemente decepcionado y negó con la cabeza.
-No es nada.
Los pensamientos de un niño son difíciles de entender para Daniela.
Daniela le pasó el menú a Thiago.
-Thiago, mira y elige lo que quieras comer.
Thiago tomó el menú y pidió su comida favorita del momento.
Al escucharlo, Romeo puso cara seria.
-Thiago, ¿por qué pides comida frita? A nuestra edad, deberíamos comer menos frituras.
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