Capítulo 465
Lo que Félix no sabía es que, en ese momento, Sabrina ya había sido aceptada excepcionalmente en el Conservatorio de Música Santa Victoria.
Sin embargo, Sabrina, siendo joven y orgullosa, tenía su propia dignidad.
Rechazó la tarjeta que Félix le ofrecía.
-Aunque solo eres un año menor que Eva, no puedes compararte con ella -dijo Félix-. Toma esta tarjeta, si no es suficiente, puedes pedirnos más a nosotros o a papá. Después de todo, eres parte de nuestra familia, y seguramente tu vida fuera de aquí no ha sido fácil. Si deseas comprar algún lujo, joyas o un carro, puedes hacer una lista y la familia se encargará de todo. No queremos que la gente piense que te estamos tratando mal.
¿Pedir más si no alcanza? ¿Hacer una lista?
Apenas había regresado y ya le estaban ofreciendo una vida de derroche. Esto no parecía un reencuentro familiar, sino una invitación a gastar dinero. Si aceptaba, seguro la despreciarían
aún más.
Desde pequeña, Sabrina nunca se había preocupado por la comida o la ropa, era la chica más popular de la escuela y una estudiante destacada. En su hogar, siempre fue una chica rica y famosa. ¿Cómo podría permitir que sus propios familiares la trataran con tan poca consideración?
Firmemente, decidió no aceptar la tarjeta.
Al ver su determinación, Félix no insistió más y guardó la tarjeta.
Nadie, excepto Félix, estaba al tanto de este episodio.
Martín y Federico no tenían idea de lo que había ocurrido. Aunque un millón de pesos como dinero para gastar era una suma considerable, para una familia tan grande como los Ramos, era insignificante y nadie le daba importancia. Además, transferir dinero era algo que siempre
hacía el secretario.
Incluso después de que Sabrina cometiera aquel error y se marchara de casa, aunque Martín había dicho palabras duras y estaba molesto, nunca le canceló su tarjeta, ya que Sabrina seguía siendo su hija. Esa cantidad era suficiente para que ella viviera cómodamente.
Hasta el día de hoy, Martín pensaba que Sabrina todavía tenía su tarjeta.
La voz de Estela sacó a Sabrina de sus pensamientos.
-Sabrina, ¿los Ramos realmente no saben en qué escuela estudias?
La última vez que me encontré con tu hermano mayor y le mencioné que te graduaste del Conservatorio de Música Santa Victoria, se sorprendió mucho.
-Sí -respondió Sabrina con una ligera burla en sus ojos. Estudié unos meses en una
secundaria en Chile antes de recibir la carta de aceptación del Conservatorio de Música Santa
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Capítulo 465
Victoria. Ellos siempre pensaron que seguía en la secundaria. Cuando fui aceptada, quise contárselos, pero en aquella época en casa solo se hablaba de a qué universidad iba a postular Eva, así que no tenían tiempo para mí.
Durante ese tiempo, los tres hermanos y su padre estaban en constantes disputas, y la atmósfera en casa estaba tensa y hostil. Aparte de Martín, tanto los hermanos como Eva querían que ella ingresara a una escuela de negocios. Pero Martín no estaba de acuerdo.
Nadie tenía energía para prestarle atención a Sabrina.
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