Capítulo 490
Araceli había comenzado con una simple intención de sacar a Sabrina del camino, sin querer llevar las cosas demasiado lejos. Sin embargo, la situación había cambiado. Por culpa de Sabrina, André se mostraba cada vez más distante con ella, y Araceli empezaba a perder la paciencia.
-No importa cómo lo vea, primero tengo que deshacerme de Sabrina -pensó mientras se perdía en sus pensamientos.
De repente, la voz de Sebastián la sacó de su ensoñación.
-Ya terminé con todo el trabajo que tenía. En este tiempo, me quedaré en Cartagena para ayudarte. Araceli, deberías concentrarte más en practicar el violín, en lugar de enfocarte tanto en los hombres. Tu nivel actual es muy inferior a la primera vez que escuché tocar. Después de todo, solo es un hombre. Si quieres, puedo encontrarte cualquier tipo de galán, ¿por qué te empeñas tanto en André? ¿Un hombre casado y con hijos es tan irresistible para ti?
Esto no era la primera vez que Araceli escuchaba estas palabras de Sebastián, pero en lugar de sentir alegría, sentía un profundo temor. Sebastián era demasiado bueno con ella; cualquier cosa que pidiera, él se la concedía. Incluso, si le pidiera que hiciera algo tan extremo como quitarle la vida a alguien, él lo haría sin dudar.
Al principio, Araceli disfrutaba de esa atención y, aunque sabía que Sebastián la había confundido con otra persona, no lo corrigió. Pero poco a poco se dio cuenta de que algo no estaba bien con él. No solo tenía problemas emocionales y su estado de ánimo era muy inestable, sino que el motivo por el cual era tan atento con ella le resultaba incomprensible y
extraño.
Sebastián había escuchado una vez su interpretación de “La Promesa” en el jardín trasero y, desde entonces, la veía como su salvación, una luz en su vida, dispuesto a ayudarla sin límites. Si Sebastián estuviera enamorado de ella, podría entenderse. Sin embargo, el hecho de que estuviera dispuesto a buscarle otro hombre indicaba que no había sentimientos románticos de por medio, o si los había, eran poco convencionales.
Después de ver de lo que era capaz Sebastián, Araceli sentía miedo. Aquel hombre era demasiado peligroso. Si alguna vez descubría la mentira de Araceli, ella sabía que su vida se
convertiría en un infierno.
Hasta ese momento, Araceli no sabía quién era la verdadera persona que había tocado “La Promesa” en el jardín. La pieza “La Promesa” había sido creada por Aurora, una integrante del Conservatorio de Música Santa Victoria, y era su obra maestra. Lamentablemente, Aurora nunca había revelado su identidad completa, y Araceli solo sabía que era una mujer.
La interpretación de “La Promesa” se había convertido en un éxito rotundo, al punto de ser una pieza obligatoria en las competencias de la escuela. Araceli también amaba esa pieza y solía practicarla en el jardín trasero. Parecía que Sebastián había confundido a la persona que había escuchado con ella.
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Capitulo 490
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