Capítulo 491
-Oye, ¿quién en su sano juicio estaría dispuesto a arriesgarlo todo por alguien solo por escuchar una canción? -se preguntaba Araceli, cada vez más convencida de que Sebastián no era una persona ordinaria.
Con el tiempo, Araceli fue descubriendo que Sebastián tenía algo inquietante en su personalidad. En términos actuales, se podría describir como un tipo obsesivo y un tanto desquiciado.
Un momento, él sonreía con dulzura. Al siguiente, se transformaba en una persona fría y resuelta, dispuesto a deshacerse de cualquiera que se interpusiera en su camino. Su capacidad para cambiar de actitud era tan rápida como pasar las páginas de un libro.
Además, Sebastián odiaba las mentiras. Si alguna vez descubría que Araceli le había engañado, ella estaba segura de que la haría sufrir de maneras inimaginables. Aunque su apariencia era angelical, Araceli no podía sentir más que miedo hacia él, sin ningún atisbo de admiración.
No era de extrañar que pareciera tan necesitado de amor. ¿Quién podría amar a un loco así?
Tras conocer su verdadera naturaleza, Araceli no tardó en regresar a su país. André, aunque casado y con hijos, al menos era una persona normal. Así que, pensando en su futuro y en la protección que necesitaba si alguna vez Sebastián descubría la verdad, decidió que debía
casarse con André.
En la casa de la familia Ramos, Federico sostenía una invitación mientras se dirigía a la puerta del estudio.
Martín estaba dentro, limpiando cuidadosamente las fotografías del álbum. Federico echó un vistazo rápido a las fotos: era su madre, Celeste.
-¿Necesitas algo? -preguntó Martín sin levantar la cabeza, sumido en dulces recuerdos del pasado, con su rostro reflejando nostalgia.
Federico apartó la mirada y respondió con calma:
-Hernán nos ha enviado una invitación para asistir a su fiesta de cumpleaños a finales de
mes.
Martín frunció ligeramente el ceño.
-Hernán… hace mucho que no sé de él. Era un viejo camarada de mi padre. No podemos ignorar su invitación.
-La fiesta será en Cartagena -recordó Federico-. Aurora también está en Cartagena ahora.
Martín dejó el álbum a un lado.
-Perfecto, así aprovechamos para traer de vuelta a Auri.
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Capítulo 491
Como si recordara algo, Martín alzó la vista.
-¿Ya preparaste el regalo para mi nieto?
Federico dudó un instante.
-Padre, ¿estás seguro de querer darle a Thiago el cinco por ciento de las acciones?
Martín respondió:
-Thiago es mi nieto y, además, el primer hijo nacido en esta generación de la familia Ramos. Es justo que reciba algunas acciones.
En los últimos años, Martín había comenzado a delegar responsabilidades. Federico, Esteban y Félix eran suficientemente capaces, así que no veía necesario seguir cargando el peso del negocio sobre sus hombros.
En realidad, ya podría haberse retirado hace tiempo, pero la soledad lo mantenía ocupado. Al saber que Sabrina había tenido un hijo, se sintió inmensamente feliz. Sabrina se parecía mucho a Celeste, y seguramente su hijo también lo sería.
Recordaba el último viaje que tuvo con Celeste por su aniversario, donde imaginaron juntos su vida después de retirarse. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada; perdió la memoria tras un accidente en el mar y desde entonces, todo había cambiado.
La voz de Federico lo sacó de sus pensamientos.
-Pero Aurora ya se ha divorciado de André y todavía es la tutora de Thiago. Ese cinco por ciento de las acciones para Thiago es prácticamente dárselo a André.
Martín replicó:
-Entonces que así sea.
Federico quedó sorprendido.
-¿Padre…?
Martín sonrió.
-Tengo planes de obtener la custodia de Thiago para la familia Ramos. Si André está de acuerdo, las acciones son un regalo para él. Después de todo, es el padre de Thiago, y pelear demasiado no sería bueno para el niño.
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