Capítulo 528
Su actitud era distante, como si enfrentara a un extraño, sin mostrar la más mínima emoción.
La garganta de André se tensó inexplicablemente.
-Thiago hace mucho que no te ve. ¿No piensas ir a verlo?
Sabrina respondió:
-Estoy ocupada aquí.
Con esas palabras, lo rechazó.
André, con voz grave, replicó:
-Por más ocupada que estés, ¿no tienes ni unos minutos para ver a tu hijo?
Sabrina esbozó una leve sonrisa.
-Tal vez él no quiera verme. ¿No vino la señorita contigo? Con ella es suficiente.
El ceño de André se frunció ligeramente.
-Eres la madre de Thiago. Por más que Araceli sea importante para él, nunca podrá
reemplazarte.
Sabrina no se inmutó.
André quiso decir algo más, pero Gabriel se acercó rápidamente a Sabrina.
Se inclinó hacia su oído y susurró:
-Nicolás ya despertó.
La expresión de Sabrina cambió levemente.
Cuando Nicolás la había arrastrado, Sabrina no había puesto resistencia. Quería resolver ese gran problema antes de su presentación.
Llevaba un spray de defensa personal en su bolsillo, así que no le temía.
Por eso, fingió no poder escapar y dejó que Nicolás la llevara a un almacén.
Nicolás intentó encerrarla en ese cuarto.
Con un ladrillo, Sabrina lo dejó inconsciente de un golpe.
Mientras pensaba cómo lidiar con el inconsciente Nicolás, Gabriel llegó.
Con la actuación inminente, tuvo que dejar el asunto en manos de Gabriel.
Sabrina preguntó en voz baja:
-¿Cuál es la situación de Nicolás ahora?
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-Como es el nieto de Hernán, no podemos matarlo y dejarlo todo en silencio. Lo encerré en el almacén -respondió Gabriel.
Hizo una pausa antes de continuar:
-Si la familia Castaño pregunta, di que fue culpa mía. Hernán no me hará nada.
Sabrina negó con la cabeza.
-El problema con Nicolás es mío. No se quedará tranquilo.
-¿Ya se conocían? -preguntó Gabriel, levantando una ceja.
Él pensó que Nicolás había intentado coquetear con Sabrina por su belleza, y que ella, apresurada por la actuación, había decidido dejarlo inconsciente.
-Sí–contestó Sabrina, justo cuando Julio se acercó.
-Señorita Ibáñez -dijo Julio con una sonrisa cortés, aunque sus ojos no reflejaban ninguna alegría.
No tenía buena impresión de Sabrina.
-El señor Hernán necesita hablar contigo sobre algo.
Sabrina le lanzó una mirada a Julio.
Carolina le había contado que Julio era su exnovio. Parecía un buen tipo, pero en realidad era un completo sinvergüenza, sin ninguna de las cualidades de fidelidad de Hernán.
-Por favor, señor Castaño, guíe el camino.
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