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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 616

Capítulo 616

Sabrina lo pensó un momento y luego agregó:

-También podrías pedir un retrato tuyo, si quieres.

Gabriel alzó las cejas, sorprendido.

-¿Tú también sabes hacer retratos?

Daniela soltó una carcajada.

-Sabrina pinta retratos que parecen de verdad. Marcelo y yo tenemos un montón en casa.

Gabriel no pudo ocultar que la idea le tentaba.

-Listo, trato hecho.

-Trato hecho -respondió Sabrina, con una sonrisa tranquila.

En ese momento, Gabriel dejó de participar en la subasta.

Daniela, al ver que Jorge seguía pujando, le susurró a Sabrina:

-¿No deberías mandarle un mensaje a Jorge? Tal vez podrías avisarle que ya no siga pujando.

La pintura ya había alcanzado los doscientos millones de pesos. A Sabrina le parecía una locura.

-La pobreza que limita la imaginación -pensó, suspirando por dentro-. Para estos tipos, el dinero es como si fuera papel sin valor.

-Jorge me dijo que vino a la subasta por una pintura en especial-comentó Sabrina, mirando de reojo la puja-. Y todo indica que es esta.

-La neta, si esta pintura es la que quiere, ni siquiera sé cómo convencerlo de que pare.

Daniela se encogió de hombros.

-Aunque le digas que tú la pintaste, capaz ni te cree.

-Al principio, cuando estábamos pujando, Jorge ni se metía -dijo Daniela, bajando aún más la voz-. Fue hasta que Nicolás empezó a subir la apuesta que Jorge entró al juego.

-Yo digo que no lo hace por la pintura, sino por ti.

Sabrina no pudo evitar fruncir el ceño, confundida.

-¿Por mí?

-Claro, para defenderte, ¿no lo ves? Sabrina, ¿en serio no te das cuenta de que Jorge sí te trata bien?

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Sabrina respiró hondo.

-Jorge me ha ayudado un montón, pero creo que es por Thiago. Él es más justo, no anda con las mismas cosas que Fabián o André. Por eso me cuida un poco másAdemás, soy la exesposa de su hermano, no tendría sentido que le gustara.

Daniela la miró con cara de ay, Dios, qué terquedad. Sabrina siempre simplificaba todo.

Justo cuando Daniela iba a replicar, Sabrina la interrumpió:

-Pero igual, tienes razón, debería avisarle. Si quiere seguir, es su decisión.

Sabrina sacó su celular y le escribió un mensaje a Jorge. No estaba segura de que él lo fuera a leer en ese momento, pero igual lo intentó.

Para sorpresa de Sabrina, Jorge no solo leyó el mensaje, sino que le respondió en seguida. [Vale, te hago caso. Pero a ese tal Fidel, por meterse contigo, le voy a dar una lección.]

Sabrina sonrió apenas al leer la respuesta. Algo extraño le revoloteó en el pecho, pero la sensación desapareció tan rápido como llegó.

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