Capitulo 045
Capítulo 645
La mano de Sabrina seguía algo inflamada, así que no podía practicar violín.
Unos días sin practicar no le afectarían mucho; en cambio, podía aprovechar para platicar con Daniela sobre la organización del concierto.
Sebastián, al enterarse de que Sabrina no podría tocar en los próximos días, no pudo ocultar su decepción.
Daniela, al notarlo, soltó una carcajada:
-¿A poco el violín de Sabrina te arrulla tanto? ¿No puedes dormir si no escuchas sus melodías cada noche?
Ella lo decía en broma, pero Sebastián asintió con toda seriedad.
-El violín de la señorita Ibáñez tiene un efecto mágico, de esos que te relajan el alma. Si un solo día no la escucho tocar, de plano no pego el ojo en toda la noche.
Daniela se quedó pasmada y luego soltó:
-¡Hache, de verdad eres bueno para las palabras!
Ella lo había dicho en tono de burla, pero con el comentario de Hache, la broma se transformó en un halago que dejaba huella.
A Hache siempre se le daba leer el ambiente y sabía decir lo justo en el momento preciso; a Daniela cada vez le caía mejor. Claro, ese gusto nada tenía que ver con el amor entre un hombre y una mujer.
-Tengo un montón de grabaciones de Sabrina tocando el violín -comentó Daniela-. ¿Quieres que te pase algunas? Escuchando su música grabada seguro también logras dormirte, ¿no?
Los ojos de Sebastián brillaron de emoción.
-De verdad, Daniela, eres mi salvadora.
Daniela soltó una risita traviesa.
-Con los nuestros siempre somos generosos. Hache, nada más no te olvides de cuidar bien a Sabrina, ¿eh? Sebastián asintió con convicción.
Por la tarde, Sabrina recibió una llamada de Hernán Castaño.
-Sabrina, ¿tienes tiempo libre estos días?
Al ver el nombre de Hernán en la pantalla, Sabrina sintió una ligera inquietud.
Se quedó pensando unos segundos antes de responder:
-Estos días no voy a practicar violín, así que tengo tiempo.
Hernán se sorprendió al escucharla.
-¿Pero no estabas por hacer un concierto? ¿Cómo que no vas a practicar?
Hernán conocía a la perfección lo dedicada que era Sabrina.
-Me lastimé la mano y se me inflamó. Necesito descansar un par de días.
Al oír eso, la voz de Hernán sono preocupada.
-¿Cómo que te inflamaste la mano? ¿Fue por tanto practicar?
Sabrina guardó silencio, luego respondió:
-Me pegué sin querer, nada grave.
Hernán le pidió:
-Espérame un momento.
No colgó la llamada; Sabrina escuchó al otro lado el sonido de fron-
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Capitulo 645
Al cabo de un rato, Hernán retomó el teléfono.
-Sabrina, aquí tengo unas pomadas buenísimas para la inflamación. Si te las pones en la noche, amaneces como nueva.
Sabrina sintió una mezcla de gratitud y algo de culpa.
Hernán llevaba años retirado; después de dejar a la familia Castaño, abrió su propio consultorio y nunca más se metió en los asuntos familiares.
Aun así, para protegerla, Hernán organizó una fiesta en su honor de manera pública.
Pero ella, a pesar de todo, terminó enfrentada con Fidel y Nicolás.
Con Nicolás no había tanto problema, pero Fidel era el futuro líder de la familia Castaño.
Pensar que en el futuro tendría que enfrentarse a Fidel hacía que Sabrina se sintiera todavía más apenada con Hernán.
En voz baja, le dijo:
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