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Capítulo 661
Jorge tenía que esperar a André, y al parecer no le caía nada bien Araceli. Aprovechando que estaba ahí, decidió ver su competencia; Sabrina, por su parte, no encontró la manera de negarse.
Justo cuando Sabrina iba a decir algo, escuchó una vocecita conocida y dulce.
-¡Mamá, ¿tú también estás aquí?!
Una figura pequeña corrió hacia ella, con el rostro encendido de alegría.
-¿Thiago? -Sabrina primero se sorprendió, pero enseguida entendió la situación.
André lo había traído hasta ahí, seguramente para ver a Araceli.
Sabrina levantó la vista, y tal como lo imaginó, ahí venía André, ese hombre de aire serio y atractivo, caminando despacio hacia ellos.
Sabrina mantuvo el semblante tranquilo.
-Thiago, ¿no estabas con la familia Ramos?
En los ojos de Thiago Carvalho solo había felicidad al ver a su mamá.
-Hoy papá quería venir a ver el concurso de la señora Vargas, así que me vino a buscar -comentó entusiasmado.
En ese momento, André llegó junto a ellos, justo a tiempo para escuchar a Thiago..
Frunció el ceño.
-Thiago, ¿cuándo te dije yo que íbamos a ver el concurso de tu señora Vargas?
Thiago lo miró confundido.
-La última vez que fuimos a comer con la señora Vargas, ¿no fue ella la que nos invitó a verla competir hoy?
André se quedó callado un instante, hasta que recordó ese detalle.
Instintivamente volteó a ver a Sabrina y trató de explicar:
-Traje a Thiago para verte competir a ti.
Era fin de semana, y André había planeado llevar a Thiago solo para ver la competencia de Sabrina, y luego invitarla a salir, como familia.
Quería fortalecer los lazos entre los tres, revivir esos momentos bonitos que tan pocas veces se habían dado.
Solo hasta ese momento, André cayó en cuenta de que, en cinco años, las veces que habían salido los tres eran poquísimas, ni siquiera tenía tantas memorias felices para recordar.
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Incluso había salido más veces con Araceli que con Sabrina.
Sabrina, con la mirada distante, soltó:
-Qué considerado, señor Carvalho, que de paso se acordó de venir a verme.
André arrugó la frente.
-No fue de paso…
Pero antes de que pudiera terminar, una voz amable y familiar lo interrumpió.
-André, ¿no encontraste a la señorita?
André se giró y, al ver a Jorge, sus ojos se iluminaron.
-¿Jorge? -lo miró a él y luego a Sabrina-. ¿Tú también viniste a ver la competencia?
Jorge soltó una carcajada.
-No, yo vine a buscarte, André.
André levantó un poco la voz.
-¿A buscarme?
Jorge explicó:
-Te llamé hace rato, pero no contestaste. Justo acabo de terminar una reunión por aquí cerca. La vez pasada Fabián me dijo que la señorita iba a competir por aquí, así que pensé que si no me contestabas, podía pasar por el lugar y ver si te encontraba. Y mira, ¡te encontré!
André sacó su celular y, efectivamente, tenía dos llamadas perdidas de Jorge.
Su expresión se suavizó un poco.
-¿Y para qué me buscabas? ¿Pasa algo grave?
Jorge negó con la cabeza.
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