Capítulo 518
Sebastián al escuchar, levantó ligeramente una ceja.
-Araceli, antes te dije que podría deshacerme de ella por ti, ¿no fuiste tú quien se negó?
El rostro de Araceli se tensó un poco.
Era cierto, Sebastián lo había mencionado, pero ella lo había rechazado.
Su objetivo era simplemente conquistar a André.
No era una persona despiadada que mataría sin remordimientos, ¿por qué debería cargar con una muerte?
Pero ahora, la situación era distinta.
Sabrina tenía a Hernán como un poderoso respaldo, y aunque Sebastián era formidable, enfrentarse a la familia Castaño no sería tarea fácil.
Quizás sería mejor hacer que Sabrina desapareciera de una buena vez.
Araceli abrió la boca, buscando instintivamente una excusa.
Sin embargo, las palabras se le quedaron atascadas y no pudo articular ni una sola.
Los tiempos habían cambiado y el corazón de Araceli comenzaba a volverse más oscuro.
Viendo su expresión complicada, Sebastián no esperaba realmente una respuesta.
Después de todo, que ella fuera buena o mala, le daba igual.
Él habló:
-Puedo encargarme de eso por ti. Pero antes, hay algo que quiero preguntarte.
-¿Qué cosa? -preguntó Araceli.
Sebastián la miró, sus ojos completamente negros como un abismo de tinta densa, profundos y oscuros, sin rastro de la claridad de antes.
-¿Por qué en todos estos años no has podido interpretar una pieza que se asemeje a la de aquella noche?
Araceli se quedó perpleja, dándose cuenta rápidamente de que Sebastián había escuchado la interpretación de La Promesa por Sabrina, y le trajo a la mente ese recuerdo.
Cada músico tiene su propio estilo.
Ella no era la persona que interpretó con el violín aquella noche, por lo que no podía replicar la sensación que Sebastián describía.
Había intentado seguir la dirección mencionada.
Sin embargo, la sensación es algo muy abstracto.
No sabía realmente qué tipo de sentimiento había percibido Sebastián.
Araceli intentó justificarse:
-Esa noche estaba en muy buena forma, yo…
No terminó la frase antes de que Sebastián la interrumpiera.
-Pero hoy, al escuchar a Sabrina, noté que su interpretación se parecía mucho a lo que
escuché esa vez.
Araceli se quedó helada.
-¿Te refieres a… el estilo original?
-¿Estilo original?
Araceli explicó:
-La interpretación de Sabrina hoy se acercó mucho al estilo original.
Miró de reojo a Sebastián y continuó:
-Los principiantes tienden a imitar el estilo original, mientras que los violinistas profesionales tienen su propio estilo.
En ese tiempo, la pieza La Promesa acababa de hacerse popular, y yo practicaba esa pieza en el jardín trasero casi todos los días.
Al principio, también seguía el estilo original.
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