Capítulo 552
Atreverse a secuestrar a su primer amor y a su hijo sin estar completamente preparado es simplemente buscar problemas.
Hache permaneció en todo momento sentado en silencio a un lado.
No dijo una palabra, no interrumpió, y mucho menos buscó excusas para irse.
Mantuvo sus sospechas al mínimo.
Pasaron dos horas más antes de que los secuestradores finalmente llamaran.
-Señor Carvalho, ¿ya ha reunido el dinero?
-Sí, está listo.
-Bien, haga que su exesposa entregue el dinero en el lugar designado en media hora. Recuerde, solo ella debe ir. Si lleva a alguien más, mato a uno. Si lleva a más de dos… lo siento, no necesitan venir a rescatar a nadie.
André guardó silencio por un momento.
Sabrina intervino:
-De acuerdo, pero primero quiero ver que ambos estén a salvo.
El secuestrador respondió:
-Por supuesto.
Después de hablar, el secuestrador envió una videollamada.
En el video, Thiago y Araceli estaban atados a sillas.
Los ojos de Thiago estaban rojos, claramente había llorado, pero no parecía estar gravemente herido.
Araceli, por otro lado, estaba en mal estado.
Su cabello estaba desordenado, su mejilla hinchada y tenía algo de sangre y polvo en la cara.
El secuestrador les dijo:
-Saluden.
Thiago, siendo tan pequeño y sin haber pasado por una experiencia de secuestro antes, tenía lágrimas en los ojos y temblaba de miedo.
-Papá, sálvame…
Araceli levantó la cabeza para mirar a la cámara, quiso decir algo, pero las lágrimas brotaron primero.
Se veía terriblemente lamentable.
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Capitulo 552
André frunció el ceño:
-Si tienes algún problema conmigo, ven por mí. Secuestrar a mujeres y niños, ¿qué clase de valentía es esa?
El secuestrador soltó una risotada:
-Claro que me gustaría ir por ti, pero eres difícil de atrapar. No tuve más remedio que ir primero por los más vulnerables.
André no pudo responder.
Sabrina se levantó:
-Bien, no perdamos más tiempo. Voy para allá ahora mismo.
Al escuchar la voz de Sabrina, los ojos de Thiago brillaron y las lágrimas comenzaron a fluir.
-¡Mamá!
En un momento de vida o muerte, por alguna razón, Thiago extrañaba muchísimo a su mamá.
Recordó todas las cosas buenas que Sabrina había hecho por él y que ahora resurgían en su
mente.
Se sintió confundido, sin entender por qué alguna vez había pensado que su mamá era
molesta.
En ese instante, se arrepintió profundamente.
Sabrina le habló con voz suave:
-Thiago, no tengas miedo, papá y mamá irán a rescatarte.
La voz de Sabrina tenía un poder tranquilizador.
Thiago asintió obedientemente, sintiéndose menos asustado.
El secuestrador cambió la cámara:
-Bien, ya han visto que están bien. Señorita Ibáñez, es hora de partir. No llegues tarde, odio a la gente impuntual.
Dicho esto, sin esperar más respuesta, el secuestrador cortó la llamada rápidamente.
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