Capítulo 618
Después de todo, hace poco ella le había dado un ladrillazo.
El viejo ni siquiera se molestó en reclamarle, al contrario, le pidió que se disculpara con Sabrina.
Eso dejaba claro que Sabrina se sentía intocable.
Todos subieron al carro de Fidel.
Ya adentro, Fidel le preguntó a Eva:
-¿A dónde van ustedes?
Eva miró a Rocío y le dijo:
-Rocío, mi papá tiene tiempo sin verte, te extraña mucho. ¿Por qué no te quedas a dormir en mi casa?
Rocío no dudó ni un segundo.
-¡Claro, va!
El carro arrancó despacio.
Nicolás se sentó en el asiento del copiloto. Al recordar al misterioso comprador de la subasta, no pudo evitar preguntar:
-Oye, tío, ¿sabes quién se llevó ese cuadro?
Fidel negó con la cabeza.
-No tengo idea.
Nicolás soltó un suspiro.
-Qué desperdicio… Gastar tanto dinero en un cuadro así… Yo digo que seguro se va a
arrepentir.
Eva intervino:
-Si esa persona tiene suficiente lana, a lo mejor para él ese dinero es solo para divertirse, ni le preocupa.
Después de todo, ella misma había estado dispuesta a ofrecer cien millones por ese cuadro.
Cien millones… Para alguien como ella, hija de familia adinerada, no era cualquier cosa.
Aunque le dolía un poco el gasto, tampoco era algo imposible de pagar.
Lástima que eso era prácticamente todo lo que había ahorrado en años.
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Y como no quería pedirle más dinero a su papá ni a su hermano, tenía que conformarse.
Ese cuadro era la única obra que no podía sacarse de la cabeza desde hacía años.
Si tuviera la oportunidad, de verdad le gustaría conocer a Summer.
Pero Summer era demasiado misterioso.
Llevaba mucho tiempo investigando, y aun así no había conseguido ninguna información sobre
él.
Pensando en misterios, Eva recordó a otra persona.
Le preguntó a Nicolás:
-Nico, ¿averiguaste algo sobre el piloto X que te pedí la otra vez?
-¿Piloto X? -Fidel, aunque ya se había retirado como corredor profesional, seguía de cerca el mundo de las carreras en su tiempo libre.
Al escuchar la pregunta de Eva, no pudo ocultar su sorpresa.
-¿De quién hablan? Nunca he oído de él.
Nicolás respondió de inmediato:
-La verdad, si no fuera porque Manu me preguntó por ese tal X, yo tampoco sabría nada de él.
Fidel frunció el ceño apenas.
-¿Manu? ¿Te refieres a Manuel Sánchez? El que hace unos años casi logra el gran slam y de repente desapareció.
-Ese mismo, Manuel -confirmó Nicolás.
Fidel bajó la mirada, pensativo.
Él también había sido piloto profesional.
Aunque dedicaba más tiempo a la empresa que a correr, su fama en las pistas era bien
conocida.
En realidad, lo de ser piloto para él era más un pasatiempo que una carrera.
Pero desde niño había sido un prodigio: si él quedaba en segundo lugar, nadie se atrevía a presumir el primero.
Sin embargo, durante su carrera, el único que logró vencerlo fue Manuel.
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