Login via

La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 629

Capítulo 629

André quería preguntar por qué no se lo había contado.

Sin embargo, cuando las palabras llegaron a su boca, no pudo decir nada.

Sabrina se dio cuenta de lo que él intentaba decir y sonrió con suavidad.

-¿Qué pasa? ¿mismo sientes que no tienes cara para decirlo, verdad? Yo si te lo advertí, pero te entró por un oído y te salió por el otro.

-Cuando me secuestraron y estaba en el peor momento, te llamé. ¿Sabes lo que me respondiste?

Sabrina miró directamente a los ojos de André, pronunciando cada palabra con claridad:

–Me dijiste: Sabrina, me molestan las mujeres que lloran, hacen escándalo y amenazan con suicidarse. Araceli está en una situación crítica, por favor, no hagas drama.

-Después, y Fabián me vieron en el hospital. Fabián dijo que yo te había seguido hasta ahí, que era toda una actriz, una exagerada.

-Y , sin preguntar nada, me advertiste que dejara de jugar con esos trucos.

Sabrina hizo una pausa y continuó:

-¿Y cuando me dio fiebre? estabas paseando con Araceli y Thiago Carvalho. Cuando dejaste a Thiago en la casa, ni siquiera regresaste, te fuiste directo de viaje.

-Fue hasta el día siguiente que la señora Belén, la empleada, notó que no bajé en toda la mañana y ella fue la que me llevó al hospital.

Sabrina lo miró y negó con la cabeza.

-Qué ingenua fui, de verdad pensé que podía llamarte para pedir ayuda.

Si fuera hoy, lo primero que haría sería lla

a

encias.

Ahora que lo pensaba, la razón por la que le llamaba a André era, en el fondo, porque aún esperaba que él se preocupara por ella, que le importara un poco.

Los labios de André temblaron antes de soltar apenas unas palabras:

-Perdón.

La voz de Sabrina sonó tan tranquila como el agua:

-Ya estamos divorciados, no tienes por qué disculparte.

Un perdón no valía nada comparado con todo lo que ella había tenido que soportar.

Sabrina sabía que lo sucedido esa noche no se resolvería tan fácil.

Dejando de lado el tema del carro de Fidel y el problema con los frenos, tan solo ver la cara de Federico, como si el mundo se estuviera derrumbando tras el accidente de Eva, era señal de que la cosa venía difícil.

Fidel y Nicolás, ninguno era fácil de manejar, y para colmo, Federico

Era casi imposible que ella sola pudiera contra los tres.

Sabrina revisó la hora: ya pasaban de las once de la noche.

Aunque era tarde, decidió que tenía que buscar refuerzos. Era momento de llamar a alguien de confianza.

Cuando estaba por marcarle a Daniela Blasco, alguien tocó suavemente la puerta de la habitación.

Sabrina pensó que sería Federico regresando.

Però al abrir la puerta y ver quién era, se quedó sorprendida.

-Señor Castillo, ¿qué hace aquí?

Gabriel Castillo estaba parado en el umbral, con esa sonrisa relajada que siom–

11/2

Capítulo 629

-Mi asistente me dijo que te vio en el hospital, así que vine a ver cómo estabas.

Gabriel echó un vistazo al interior de la habitación.

-¿No piensas invitarme a pasar?

Sabrina se apresuró a un lado.

-Por favor, pase, señor Castillo.

En ese momento, ella era la única en la habitación.

André se había ido hace poco y Sabrina ni siquiera preguntó a dónde. Tal vez fue a ver a Eva, tal vez Araceli lo llamó, o simplemente tenía cosas que hacer.

A ella ya ni le importaba.

Gabriel se fijó en su muñeca, que seguía hinchada y enrojecida.

Comments

The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada